Tercer día de la Novena
El lunes fue el turno de esta obra de misericordia: "Dar buen consejo al que lo necesita". El predicador fue Don Samuel Pérez Prieto, que presidió la Eucaristía. En su predicación nos habló de la necesidad de dejarnos aconsejar para luego ser buenos consejeros.
Para que nuestra vida cristiana sea fuerte, debemos estar junto al Señor. Sólo Cristo ha de ser nuestro Consejero. En la medida en que esto sea así, y estemos en sintonía con Él, nosotros podremos aconsejar sabiamente para que, en última instancia, podamos encaminar a nuestros contemporáneos hacia Cristo.
María, a quien invocamos en la letanía del Rosario como “Madre del Buen Consejo”, una y otra vez, como en las bodas de Caná, nos dice a cada uno: “Haced lo que Él os diga”.
Sepamos estar siempre en sintonía con el Señor, a imagen de María, y a pesar de nuestras limitaciones, para así poder encaminar hacia Cristo a quienes nos encontremos por el camino.