El Obispo en el Seminario Menor
El pasado jueves, veintiocho de enero, Don Juan Antonio, nuestro Obispo, se acercó a conocer el Seminario Menor de "La Inmaculada", en Ponferrada.
Llegó al Seminario a la hora de la comida, a la par de los seminaristas que salían de clase. Durante la mañana, había estado visitando el Colegio Diocesano "San Ignacio" en el que estudian los seminaristas internos, algunos del Seminario ‘en familia’ y los del preseminario.
Compartió mantel con el Rector del Seminario y con los seminaristas. Por ser jueves, estaban los seminaristas ‘en familia’ de Ponferrada y algunos preseminaristas. Tras la comida, tuvo lugar el acostumbrado tiempo de recreo en la sala de estar. Entonces, algunos se propusieron enseñar a Don Juan Antonio a jugar a las cartas, en un ambiente muy simpático. Ese momento concluyó con la visita al Santísimo, en el Oratorio del Seminario.
Mientras los seminaristas se fueron a cumplir con su tiempo de estudio, el Señor Obispo se reunió con el Rector del Seminario Menor para conocer la estructura y funcionamiento del mismo e interesarse por los seminaristas. A lo largo de la tarde, saludó a Don Eduardo José del Valle, nuestro administrador; a Don José Antonio Crespo y Don Francisco Requena, que se encargan de la dirección espiritual de los seminaristas menores.
Más tarde, el Obispo se acercó a la Parroquia de "San Ignacio", en la que ayuda el Rector del Seminario, y, mientras Don José Antonio Prieto presidió la Santa Misa, él atendió el Confesionario y pudo saludar a los fieles a la salida del Templo.
A las ocho y cuarto, en la Capilla del Colegio que usa el Seminario, presidió la Santa Misa, en la que manifestó a los seminaristas su alegría por "tener Seminario Menor y a vosotros en él" y los invitó a "ser luz para vuestros compañeros de clase, también cuando os puedan ridiculizar. En el fondo os están pidiendo que les llevéis a Jesús, y os lo dicen con un modo poco educado, pero necesitan encontrarse con Él". Usó la imagen del lucernario de la Vigilia Pascual para indicar gráficamente cómo el sacerdote y el seminarista menor son iluminados por la gran Luz que es Jesús y así pueden llevar la Luz a los que viven en oscuridad.
Al acabar la Eucaristía, nos hicimos una foto con él, y, tras la acción de gracias, pudimos despedirle. Como regalo, nos dejó unos dulces para celebrar la fiesta de Santo Tomás de Aquino.
Don Juan Antonio, gracias por su presencia en medio de nosotros y por los ánimos que nos ha dado!