Peregrinación a Fátima – JRC
Yo ya había estado una vez en Fátima hacía un par de años con mi antiguo colegio, pero, cuando en el Seminario Menor me ofrecieron la oportunidad de volver a aquel lugar tan maravilloso en el puente de carnaval, no lo dudé ni un segundo.
Cuando llegamos allí y vimos a más de 700 jóvenes esperando para ver a la Virgen venidos de todas partes de España, el corazón me dio un vuelco. Tantos jóvenes que ardían en ansias de llegar ya por fin al encuentro con la Virgen: era algo increíble. Cuando nos dividieron en grupos, me puse algo nervioso, pues pensaba que no iba a conocer a nadie, pero me equivocaba. Además de conocer a un grupo de personas maravillosas, pude convivir con otros dos jóvenes de la diócesis y hasta con otra joven de mi antiguo colegio que la Providencia quiso que allí encontrara.
Para comenzar, realizamos una marcha de unos 20 Km en la que tuvimos una catequesis como preparación para estar con la Virgen, tras la cual entramos a la “Capelinha”, rodeados de más de 400 niños que nos daban la bienvenida con sus familias e iniciamos la Misa.
Al día siguiente, tras una catequesis espectacular, visitamos los lugares de las apariciones tanto del Ángel como de la Virgen, teniendo en todos ellos una pequeña charla. Por la tarde, tuvimos otra charla junto con las imposiciones de los escapularios y la entrega de rosarios. Tras esto, tuvimos la Misa y rezamos el rosario, terminando el día con una vigilia con Nuestra Señora.
El lunes por la mañana realizamos el Vía Crucis y, por la tarde, tuvimos la Misa en grupos según nuestra procedencia y tiempo libre para ir de compras y para visitar todos los lugares de la zona, tras lo que tuvimos una pequeña velada por la noche a modo de despedida.
El martes tuvimos la Misa de despedida, tras la que regresamos a Ponferrada.
La experiencia fue fantástica e inolvidable, con gente maravillosa y, por supuesto, con nuestra Madre, la Virgen de Fátima, que, como siempre, nunca defrauda.
Gonzalo Vitoria Bores, Seminarista de 2º de Bachillerato