Entrevista al Rector del Seminario Menor
Entrevista al Rector del Seminario Menor al acabar este curso 2019/2020
¿Qué ha pasado en el Seminario Menor durante la pandemia?
Muchas cosas. Hemos tenido que suspender el seminario internado y todos los seminaristas se han convertido en “seminaristas en familia” on-line.
¿Usted ha estado en el Seminario todo este tiempo?
Sí. La comunidad del Seminario Menor no ha estado, pero sí la de los sacerdotes que residimos en el Seminario, los cuales son párrocos de distintas parroquias. Así que hemos formado una comunidad sacerdotal de seis miembros que hemos convivido más estrechamente, rezado juntos y celebrado la Eucaristía.
¿Cómo han celebrado la Eucaristía?
Cada uno a una hora y otro que le asistía. A continuación los dos rezaban el rosario paseando por el patio. En San José, el Triduo Santo, el Primer Aniversario de Don Juan Antonio y en alguna otra ocasión hemos concelebrado.
Cada día a las 19:00 horas había adoración Eucarística y Eucaristía a las 20:00 horas, retransmitidas on-line por la web del Seminario, de la Diócesis y en “La Misa en Casa”.
¿Qué tal la Semana Santa sin nosotros?
Muy distinta y echándoos de menos. Estamos acostumbrados a vivir el Triduo Santo juntos y con otros jóvenes en el Seminario Mayor. Este año tampoco ha sido así, pero la experiencia ha sido muy bonita.
Sólo con sacerdotes hemos vivido los momentos de las celebraciones litúrgicas, el rezo del oficio, los ejercicios de piedad: ha sido intenso. Y lo hemos hecho con la conciencia de llevar sobre nosotros a todos los cristianos que no se pudieron reunir en Asamblea para estar con Cristo en su Pasión, Muerte y Resurrección. Y os hemos tenido presentes todo el tiempo.
¿Cómo se ve una Capilla sin seminaristas?
Pues en la comunión de los santos, en la que la presencia es invisible pero totalmente real.
A esto ¿le ha ayudado la retransmisión en directo por Youtube?
He de decir que sí, aunque al principio se me hacía muy cuesta arriba dirigirme a un objetivo tras el que estaba gente a la que no veía.
Se trataba de un servicio que nos solicitó el Señor Administrador Diocesano Sede Vacante y lo aceptamos.
Es cierto que mucha gente nos lo ha agradecido, pues seguían la Santa Misa diariamente y la adoración eucarística. Unidos a nosotros estuvisteis muchos en la Semana Santa o en la Misa dominical. Así que hizo bien.
Una vecina del Seminario me dijo un día que fui la única persona conocida que vio en todo el confinamiento y daba gracias a Dios.
La retransmisión nos exigió ser lugar fuerte de oración por el fin de la pandemia y por las vocaciones sacerdotales en nuestra Diócesis.
¿Se aburrió?
Gracias a Dios, no. Fueron jornadas muy intensas, en lo espiritual ya te lo he contado. Pero también en la caridad. En aquellos primeros días, surgió la iniciativa del proyecto “Custos” que se desarrolló con jóvenes voluntarios vinculados a la Delegación Episcopal de Vocaciones. Se comenzó con la publicidad; luego, haciendo la compra a personas mayores; seguidamente, se atendió una situación de desahucio, la ayuda a un convento infectado por COVID-19 y la custodia de personas sin techo en el albergue de peregrinos.
Y la vida en común con los sacerdotes en casa.
También llevé la Comunión a alguna persona en su domicilio familiar.
Días intensos en los que la incertidumbre nos ayudó a abandonarnos en Dios.
Y sin olvidar las clases on-line del Colegio, las vuestras.
¿Qué le costó más: el confinamiento o la vuelta a la normalidad?
El desconcierto en el que vivíamos sumisos y el sufrimiento de la gente. Pero, a decir verdad, ha sido más costosa la vuelta a esta “pretendida normalidad”.
¿Y la vuelta a la actividad presencial en el Seminario?
Ya sabes, porque tú fuiste de los primeros en participar de las primeras actividades, y a los demás se lo contábamos por Zoom.
Algún seminarista suelto veníais algún día a la semana a la Misa de las 17:30 que celebraba Don Leonardo y luego charlábamos.
La primera actividad que llevasteis a cabo de manera escalonada los seminaristas en familia en Ponferrada fue la ofrenda floral el primer Domingo de mayo ante la puerta de la Santa Basílica de la Virgen de la Encina.
Luego empezamos a quedar los jueves por la tarde para merendar, jugar, celebrar la Eucaristía, cenar en la terraza y volver a casa, por el Pajariel, paseando. Luego comenzaron las rutas por las inmediaciones de Ponferrada: las cinco Iglesias, Toral de Merayo.
También estuvimos en la preparación de la alfombra floral del Corpus y en la procesión por dentro del Seminario.
Un fin de semana fuimos a la playa en Mugardos.
Y nos hemos seguido viendo en los últimos acontecimientos:
La capilla ardiente y las exequias de Don Camilo, el Obispo Emérito que erigió este Seminario Menor.
La Toma de Posesión de Don Jesús, el nuevo Obispo.
Y este año, también sin Campamento Diocesano de Monaguillos en Corporales.
Por eso aprovechamos la toma de posesión del nuevo Obispo para la Convivencia de Seminaristas Menores: recuerda que hicimos alfombra floral, preparamos la ceremonia. Al día siguiente, tuvimos la convivencia de familias en San Lorenzo. Al otro día, el retiro en Las Ermitas y el miércoles a la playa.
Es el plan “b”.
¿Tiene ganas de que el Seminario vuelva a funcionar con normalidad de verdad?
Un montón; tenemos que convivir y ser más.
¿Qué nos recomienda para este verano?
Algunas cosas:
1. Normalidad espiritual.
2. Diversión sana con vuestra familia y los buenos amigos.
3. Cuidado.
4. Un libro divertido.
5. Invitar a un amigo a conocer el Seminario Menor.
Nos vemos pronto. Sed felices.