Corporales 2012
OTRO AÑO MÁS, UN CAMPAMENTO INOLVIDABLE.
La semana del 23 al 29 de julio, la colonia de Las Rivas recibió, otro año más, una nueva edición del campamento diocesano. Un total de 47 niños y niñas de distintos puntos de la diócesis, junto a 13 monitores, nos fuimos hasta Corporales para estar unos días juntos pasándolo muy bien y lo más importante, para acercarnos y conocer un poco más al que nos convocó: Jesús.
Por las mañanas, una vez que sonaba la música, nos levantábamos y después de asearnos lo primero que hacíamos era ofrecer el día al Señor, y cuando terminábamos el ofrecimiento nos íbamos a desayunar. Después del desayuno marchábamos para la iglesia y allí teníamos la oración de la mañana. Ahora que ya habíamos dado sentido a nuestro día, ya podíamos realizar otras actividades.
El resto de la mañana lo dedicábamos a los talleres (llaveros de cocodrilos, pulseras, cuadros, deportes, de medio ambiente, entre otros), juegos muy divertidos (todos recordamos los juegos como el de “mi pozo”, el baile de Corporales, carreras, pagar prenda, el rebaño de ovejas, el director de orquesta… y como no la gymkana por el pueblo con su agua, harina etc. etc. en la que quedamos embadurnados por todos lados) y catequesis, cuyo lema de este año era Con ojos para mirar, en las cuales se nos explicaba la diferencia entre ver y mirar y la importancia de saber mirar bien, no solo a nivel humano sino también a nivel de fe, con ojos de fe.
El jueves por la mañana fue distinto ya que tuvimos tiempo para las confesiones. Después de confesarnos la gran mayoría, una alegría distinta a la de los otros días empezó a invadir el campamento, era la alegría sincera que sale de lo más profundo del corazón.
Las tardes las dedicábamos a descansar y salir por el pueblo un rato, ir a la piscina (aunque este año debido al mal tiempo algunos días tuvimos que buscar otras alternativas, no menos divertidas), ducharnos y ya al final de la tarde preparamos y celebrábamos lo más importante del día: la Eucaristía.
Ya por las noches, después de cenar teníamos las veladas, con juegos por el monte como “el tesoro escondido” o “la caza del pitufo”, juegos de estrategia como el “Estratego”, y otros “juegos broma” como por ejemplo “La momia” de la velada final.
Este era el día a día de la semana excepto el del miércoles que nos fuimos de marcha. Subimos al Cristo de Truchas, cuando llegamos a la cima tuvimos la Misa y a continuación bajamos a comer y descansar a las pozas, donde unas horas después nos bañamos. Cuando estábamos en pleno chapuzón nos empezó a llover y tuvimos que regresar, pero sin darnos cuenta se nos había pasado el día. Aún siendo el más duro y cansado, la experiencia resultó genial en todos los aspectos, se respiraba un compañerismo especial, y es que en los momentos duros es cuando más unidos y más nos tenemos que ayudar unos a otros.
El domingo 29, después de adecentar la colonia, recibimos a los padres, ya que era el día de las familias. Empezamos con la celebración de la Misa dominical, en la iglesia parroquial junto a la gente del pueblo. Después los padres pudieron visitar las instalaciones y ver los talleres de sus hijos en una exposición que ellos mismos habían preparado. Sobre las 16:00h empezamos la velada con diversas actuaciones y juegos variados, dirigidos por los chavales. Al terminar, nos hicimos una foto de grupo y nos despedimos, aunque los que quisieron, todavía pudieron quedar un rato más en la piscina.
En definitiva, han sido unos días muy gratificantes, en los que no nos dejamos de sorprender tanto niños como monitores. Nos hemos divertido mucho, mejor dicho muchísimo, y eso gracias a nuestro mejor amigo: Jesús, que en todo momento nos acompañó. Esperamos vernos todos el año que viene, no solo los mismos sino muchos más. ¡Os esperamos en el campamento diocesano 2013!
Luis Fernández Olivares
Seminarista Mayor.