Peregrinación a Lourdes
Francisco y Kevin, seminaristas menores, y Daniel, que ha solicitado ingresar en el Seminario Menor peregrinaron a Lourdes con el Rector y el Administrador del Seminario Menor y con otros tres jóvenes: Jacobo, Isi y Andrea. Su misión allí era encontrarse con Jesús de la mano de su Madre, y ayudar a los enfermos que residían en el centro de acogida.
Fueron jornadas de gran densidad espiritual y de una convivencia muy estrecha con los enfermos de la peregrinación, lo que les ayudó a entrar en el misterio del dolor salvífico tal como se vive en Lourdes.
Estos jóvenes fueron la nota de color de la peregrinación. Hicieron mucho bien con su disponibilidad y su cercanía, pero recibieron mucho más de lo que dieron. Jacobo llegó a casa diciendo: «tengo un segundo abuelo», refiriéndose a Manuel, el enfermo al que había llevado en silla de ruedas los días de la peregrinación.
Destaco una imagen: la noche víspera del regreso nos fuimos a despedir de la Virgen en la gruta. Había quedado allí con los chicos, estaba el Santísimo expuesto después de la Misa de las once. En aquella semipenumbra yo buscaba, con la mirada, a los chicos, y los encontré arrodillados ante Jesús. Entonces le dije al Señor: «sólo por esto, ha merecido la pena. Gracias».